Desde hoy, 10 de septiembre de 2018, todas las estaciones de Inspección Técnica de Vehículos (ITV) refuerzan el control sobre los niveles de emisiones de los coches. Y lo hacen adaptándose a la nueva ITV electrónica y el uso del protocolo E-OBD.
La nueva diagnosis electrónica se aplica a los vehículos fabricados a partir de 2006 (vehículos ligeros Euro 5 y Euro 6 – Vehículos pesados Euro VI). De este modo, la lectura E-OBD constituye una prueba complementaria (no sustituye) a las pruebas convencionales de gases de emisión/opacidad, que se seguirán realizando, adaptándolas a las nuevas tecnologías. En cualquier caso, si el vehículo es rechazado por defectos en la lectura de la centralita E-OBD, ya no será necesaria la realización de la prueba de emisiones.
La entrada en vigor de esta medida responde a los dictados del Real Decreto 920/2017. De este modo, tanto los aspectos técnicos referidos a los elementos mecánicos del vehículo como aquellos relacionados con el medio ambiente serán controlados con mayor facilidad, contribuyendo a reducir la siniestralidad y el mayor respeto al medio ambiente.
Se ha generado cierta polémica, por desconocimiento, respecto a las lecturas de lecturas OBD para emisiones. A pesar de ser obligatorias a partir del 10 de septiembre, las estaciones de ITV ya han estado realizando lecturas OBD a modo de prueba y con objeto de informar a los clientes, pero sin reportar defectos.
El pasado 20 de mayo se introdujeron nuevas modificaciones en las revisiones de las ITV entre las que, además de los nuevos plazos y pruebas realizadas a los vehículos, destacan las relativas a un mayor control de los gases contaminantes.
En cuanto a la revisión del kilometraje, las ITVs seguirán anotando el kilometraje del vehículo, comprobando que no exista una evidente manipulación del cuentaquilómetros, o que no se esté fuera de servicio.
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